martes, 24 de febrero de 2015

DON JOAQUIN CHAVEZ ORTEGA. "Maestro de la Música"














 
 









Virtuoso músico Huanuqueño,     compositor-ejecutante y docente,
Cuya trayectoria  estudiamos, por considerarse de interés cultural.



PRÓLOGO



Desde aquel nefasto veintiuno de Diciembre de milnovecientosochentiuno  (1981) fecha en que Don Joaquín Chávez Ortega nos abandonara físicamente para irse a la eternidad, muchos estudiosos e investigadores del departamento, han buscado afanosamente datos que les permita visualizar la obra de ese excepcional músico que silenciosamente contribuyó al enriquecimiento de nuestro folklore y de nuestro acervo cultural   musical.
   Por tal motivo nos vemos obligados a publicar los  documentos y los apuntes que en interminables horas de diálogos sostenidos con nuestro señor padre Don Joaquín Chávez Ortega durante muchos años, pudimos recopilar, comprobar y cruzarlo con la realidad.






   Es importante el estudio de nuestro personaje, dado a que su vida y obra rebasa de lo común, pues de los noventayuno  años (91) de su longeva y fructífera existencia, setentayseis (76) de ellas las dedicó exclusiva y únicamente al ejercicio de la música  en sus diferentes expresiones y modalidades, brillando con luz propia como lo hicieron: Don Daniel Alomía Robles,  Don José Cesáreo Ávila y otros músicos de renombre, cada cual en las diferentes áreas del  quehacer musical en las que se destacaron. 
  Cabe subrayar que cada uno de los ilustres músicos arriba mencionados, tienen consagrado sus correspondientes sitiales en la historia de la música, habiendo destacado Don Daniel Alomía Robles como recopilador, compositor y estudioso de la musicología peruana. Don José C. Ávila en los arreglos, instrumentaciones y creaciones. Don Joaquín Chávez Ortega se consagró en el área de las creaciones, ejecución y docencia de la música, encontrándose en poder de nosotros sus herederos y de algunos de sus discípulos, más de doscientas obras de todo género, sobresaliendo entre ellas la popular música PACHA HUALLAY conocida hoy como “DESPEDIDA  DE LOS NEGRITOS” y un conjunto de seis piezas que pertenecen al género de la música académica.
   Quienes conocieron y recibieron las enseñanzas de ese apóstol de la música, reconocieron en él, al auténtico maestro que vivió solo para su arte, e hizo de ella su pasión, su profesión y su obsesión, alimentando incesantemente su conocimiento musical y musicológico, no solamente en la fuente bibliográfica, de la infinidad de obras que estudió en su autodidáctico perfeccionamiento, luego de haberse  iniciado en el año milnovecientoscinco (1905), como alumno y discípulo del maestro de renombre mundial, el Ítalo-filipino Don José Sabas Libornio; sino que alimentó incesantemente sus conocimientos en la inagotable fuente del quehacer musical, que fue su gabinete-taller, al que él también lo llamó la universidad de la vida.
   Gracias a esa gama de conocimientos potenciados y devuelto a la universidad de la vida, es que el soberano pueblo reconoció en él, al auténtico maestro, otorgándole espontánea y consensualmente, el mérito pedagógico del que enseña con el ejemplo, llamándolo en vida: “EL MAESTRO CHÁVEZ”.

EL MAESTRO CHÁVEZ
Reseña Biográfica de la Vida y Obra del maestro Joaquín Chávez Ortega

Don Joaquín Chávez Ortega proviene de una familia campesina, su madre fue doña Eulalia Ortega Albornoz, hija de un músico tradicional; su padre don Antolín Chávez Justiniano fue también músico tradicional, a la vez hijo y nieto de músicos tradicionales; hogar del cual surgió una familia numerosa compuesta por cinco  hermanos y una  hermana

   Un 19 de agosto de 1890 en plena época de oro del bandolerismo, nació nuestro personaje en el lejano pueblo de Cosma, específicamente en el yacimiento arqueológico de Angas Chico,  mudándose desde muy niño al vecino pueblo de Caramarca comprensión de la provincia de Dos de Mayo, en donde radicó hasta los quince (15) años de edad.;  tal parece que por haber sido hijo, nieto y bis nieto de músicos folklóricos por las ramas paterno y materno, poseía un talento musical  innato, fue así que aún niño, ya registraba en el instrumento de su padre (clarinete requinto) algunas melodías andinas de su época.
     A fines del año 1905  al no haber podido enrolar los gendarmes (policías de esa época) a sus hermanos mayores que estaban en edad de prestar servicio militar obligatorio, fue que en un arrebato de cólera lo llevaron conscripto al ejército a la temprana edad de 15 años; por tales hechos Don Joaquín se despidió de su familia y de su tierra natal para no regresar, excepto en esporádicas ocasiones en que visitaba a sus padres.
   Después de una larga y agobiante caminata por camino de herradura, que era la única vía de traslación de su época, llegaron a la opulenta ciudad de Cerro de Pasco, en donde abordaron el entonces moderno ferrocarril a vapor (a carbón de piedra) que les condujo a la capital, dándose de alta en el cuartel  09 de infantería un 08 de diciembre de 1905, donde tuvo la suerte de ser seleccionado como aprendiz de músico, tanto por su  corta  edad (15 años) tanto porque  dentro de los tres primeros meses de su preparación militar y el acto de preselección,  descubrieron  su vocación musical .
    Es allí donde inicia su carrera profesional en el campo de la música, habiéndole premiado la suerte al tener como maestro y tutor, al mundialmente famoso director de bandas, don José Sabas Libornio, autor de los toques de mando del ejército, así como la marcha de banderas, séptimo de línea y otros, en su condición de Director General de las bandas del ejército.
   Durante cinco años de intenso y riguroso aprendizaje bajo la disciplina militar y la predilecta tutela del maestro José Sabas Libornio, (apellido que lo han derivado a Salas Libornio) se dedicó don Joaquín al  estudio integral de la música, incluyendo sus días de franco, feriados y domingos, dado a que en esa lejana ciudad capital, carecía de familiares y amistades que podrían haber distraído su tiempo, refugiándose prácticamente en el estudio de la música; estos hechos contribuyeron a que en el corto tiempo de cinco (5) años, se convierta ese apasionado de la música en el más joven director de bandas del ejército de su época; pues siendo demasiado joven se estrenó como director de la misma banda en la que se inició, es decir en el 09 de infantería. Luego de su debut a la edad de 20 años, llegó a dirigir muchas bandas del ejército, entre otras la de la artillería costa, 1° de Infantería, 13 de Infantería, etc. Luego prestando sus servicios a la Marina de Guerra, llegó a dirigir la banda de músicos del buque insignia de la Armada Peruana  (BAP) Almirante Grau.
   Corría el año 1910, cuando por razones de seguridad nacional, embarcó su batallón rumbo al departamento de Piura, en donde ofreció su banda algunas retretas públicas, en el que, dado a su precocidad artística y su peculiar estilo de ejecutar el clarinete, se hizo popular en el ambiente musical del lugar.
      A pocas semanas de instalados en esa ciudad, salió don  Joaquín y toda su compañía rumbo a Morropón, en persecución al caudillo Orestes Fierro que estaba alzado en armas contra el gobierno (primer gobierno de Augusto B. Leguía). Al regreso de la correría, todo el batallón tuvo salida o franco, y como quiera que nuestro personaje se había ausentado  a la ciudad de Querecotillo en atención a una invitación amical, fue que al regreso de ese largo franco, se dio con la sorpresa que su compañía (plana mayor) y todo el batallón se habían trasladado a la ciudad de Chiclayo, fecha en que coincidentemente caducó su contrato, por lo que en su condición de civil, fue contratado por la banda de la Sociedad  Obrera Bolognesi de Piura.

  En 1911 después de permanecer por espacio de varios meses en la vida civil, se reintegró nuevamente al ejército, esta vez al batallón 07 de infantería que había arribado a la ciudad de Piura, en cuya banda se hizo cargo de la dirección después de un año de permanencia en ella; banda en la que luego de cumplir su contrato de dos años, pidió su baja con la intención de radicarse en esa ciudad que lo había acogido muy cordialmente.
  En  1914, se fue a vivir a la nueva provincia de Sullana. Después de algún tiempo se mudó a Lambayeque, para luego radicarse en Chiclayo, desde donde dirigía las bandas de Villa de Eten, Monsefú  y Ferreñafe, con las que recorrieron muchos pueblos norteños y algunos fronterizos del Ecuador.
  En 1918 en la ciudad de Chiclayo, quiso reincorporarse al ejército, por lo que urdió una estrategia (estrategia descrita en el capítulo de anécdotas) para ser admitido en la banda de músicos del regimiento 1° de infantería, con resultados positivos.
  En 1920, apenas terminado su contrato, viajó de regreso a la ciudad de Lima.  En el mismo año 1920, el maestro don Nicanor Tapia que se encontraba asimilado a la Armada (Marina) con el grado de Capitán de fragata, le recomendó para que lo contraten como músico en la banda de  la Armada, y alimentado por su juvenil ilusión de conocer otros países, se dio de alta como Oficial de Mar de Segunda en la Banda de músicos del barco BAP Almirante Grau, en la que permaneció por el espacio de seis años, ocasión ésta en que encontró embarcado al músico huanuqueño don José C. Ávila, también como oficial de mar, en compañía del cual recorrieron muchos países del extranjero en travesía de verano y otros viajes representativos, siendo uno de sus primeros viajes el realizado a la república de Panamá con motivo de la inauguración del canal del mismo nombre, acontecimiento a la que asistieron delegaciones de distintos países, ocasión ésta en la que se encontraba el Sr. Daniel Alomía Robles, representando en un teatro de la ciudad de Panamá, la obra “El Cóndor Pasa”, a cuyo espectáculo asistió don Joaquín con mucha unción patriótica y curiosidad, el mismo que recordaba haber visto y escuchado extensa la obra el Cóndor Pasa, de la que solo se han popularizado dos partes, por lo que le extrañaba la desaparición de las otras partes de citada obra; con motivo de referida representación teatral, se conocieron con don Daniel Alomía Robles como peruanos, sin pensar que además eran huanuqueños.
         En 1924 en una de sus vacaciones, decidió hacer un viaje a su provincia para visitar a sus padres, y  hallándose profundamente emocionado por el retorno a su terruño,  es que se echó a la conquista amorosa  de su paisana, la jesusina doña Daniela Valladares Avalos, con quien inició un cálido y duradero romance, después de cerca de un mes de tan apasionada estadía, y en su condición de novio oficial, retornó don Joaquín a su ciudad de residencia. Luego de varios meses de menuda correspondencia, pidió permiso a su unidad para contraer matrimonio en la ciudad de Huánuco, después del cual se regresaron a Lima, yéndose a vivir en esa ocasión a la casa de  su prima cuñada, Doña Adelina Castellanos Ávalos. Dado la gran deferencia y respeto que guardaba don Joaquín a la prima mayor de  su esposa, escribió un vals concierto al que la tituló “Adelina”.
      En 1925, ascendió don Joaquín a oficial de Mar de primera, maestro de banda de primera, conforme consta el  título otorgado por el Ministerio d Marina cuya copia adjuntamos; mereciéndole el honor mientras permaneció en la Armada, el de representar al Perú en los certámenes de bandas realizados en Costa Rica, El Salvador, Honduras y Panamá.




Foto 2Titulo otorgado por el Ministerio de Marina en 1925

2 comentarios:

  1. Hola. Don Joaquín Chávez es mi bisabuelo y estoy muy interesado en reconstruir su biografía completa. Soy filósofo e historiador por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Por favor, ¿podrían ayudarme en ponerme en contacto con algún familiar más cercano de don Joaquín? Muchas gracias.

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