miércoles, 25 de febrero de 2015

AÑORANZA HUANUQUEÑA...

                             Aquellos años 40
                               EVOCACION


  Después de los
años de andar por la vida
  pervive en mi mente cual dulce obsesión
 tan bellas escenas que evoco y añoro
 en cada crepúsculo en cada suspiro.

 Con solo evocar esos años ya idos
 libero las musas del negro olvido,
 que surgen risueñas purpúreas y airosas
 en tenue comparsa y oliendo a rosas. 

 Después de los años de andar por la vida
 en busca de aquel paraíso perdido,
 hallé cual Moisés esta tierra anhelada
 do fluye la miel, el amor y ternura.

 Con solo
evocar esos años ya idos
con cada mañana renazco en el tiempo,
volando en ideas tramonto el espacio
revierto el tiempo y vivo la vida.

 En ese crisol
de la vieja alquimia                                      conjuro
al evo tras día y tras día,


bebiendo tan luego el elixir de vida yo vivo evocando los
años ya idos.

            RECORDATORIO

  
     AÑORANZA
 HUANUQUEÑA
.

       A esos amigos de aquellos
cuarenta
       del siglo que pronto se acaba
y se va,
       dedico esta
triste y vieja añoranza
        con mucho cariño y  honda emoción.

       A esa viril juventud tan
inquieta
       también os dedico imbuido de
amor,
       y así amen siempre  a nuestro terruño
       que es madre fecunda de gran
tradición.

       No afirmo que sea mejor lo
pasado
        por eso es que dejo
constancia de ayer,
        así
cuando puedan después comparar,
        comprueben que Huánuco es tierno y risueño,
        porque él
se renueva con suaves menjunjes
        y con ambrosías regalos de Dios.

      Vivir es tan dulce bebiendo
recuerdos
        que se hallan grabadas en mi
corazón,
        por eso es que evoco con
dulce nostalgia
  los tiempos ya
idos que no volverán./1980
                                                 
                                    
                                                                                                
 

    CALOR  Y  POLVAREDA


        En esta
ciudad a partir del medio día
         los pocos
transeúntes desaparecían,
         porque ésta calor y los vientos tan
fuertes
         se tornaban completamente
insoportable,
         para que pasado las cuatro de la tarde
        como por encanto se vuelvan a calmar.

       Un domingo a la una de la tarde
        se paseaba la garbosa Rosalinda
       derrochando tal belleza y elegancia
       que la hacía vanidosa y despectiva.

      Cuando ya cruzando la céntrica esquina
       del Dos de Mayo con el General Prado,
       sorprendida fue por un vendito viento.
      que levantándole la falda y el fuste
      l e envolvió completamente la cabeza,
      delatando su escultural atributo.                                    
  


             LUZ  ELÉCTRICA


                   La luz eléctrica
generada en Colpa
                   era solo simbólica y ornamental,
                   toda vez que a lo largo de los
jirones
                   apenas uno o dos focos
existían
                   los que para ver si estaban
prendidos
                   nos teníamos que asomar a
ellos,
                   es por eso es que en cada domicilio
                   las teníamos que ayudar con velas.

                   Al amparo de las  sombras de la noche
                   se agazapaban los muchachos enamorados
                   para espiar sin  aparente causa
                   a las chicas subjetivamente
suyas.


                     VEHÍCULOS.
               
       Los
pocos vehículos de entonces
       pertenecían al lustro pasado
       y
le llamaban turismo a los autos
       que
los arrancaban con manizuelas.


Un auto
de mil novecientostreincinco
que fuera
adquirido por Don Filli Ponce,
circuló
en Huánuco hasta los sesenta
fecha en
que se lo llevaron a Lima.

Ostentosamente
un día salieron,
de paseo
con su familia al campo,
pero sin
aparente motivo el coche
solamente
llegó hasta Andabamba,
por lo
que su hija y su  señora esposa
regresaron
montadas sobre dos borricos,
tras de
ellos su petulante propietario
sudorosamente  arreando los jumentos.

Las
marcas Ford y Fargo eran predominantes,
siendo
Ford la preferida de una empresa
que
pomposamente  llamábase “LA PERLA,”
cuyos buses con carrocerías de madera
llamados
góndolas con pasión y escepticismo,
usaban
asientos pulman con tapiz de cuero.

      GENTE HONRADA

 Los casos de
hurtos aquí eran raros,
puesto que todos éramos
conocidos
aunque sea solo referencialmente,
es por eso que confiando mutuamente
        se
enviaban los recados con quien sea;
        y cuando alguien se ausentaba de su
casa
        solo ponía una aldaba a su puerta
        y lo atravesaba con un palito.

       Aún recuerdo que mi tía Clementina
       remitía diariamente su canasta,
        desde el mercado hasta su domicilio
        pagándole un real a cualquier persona.

        Siendo que un día entregó el enviado
        erróneamente la canasta al vecino,
        quien después de recorrer de
puerta en puerta
        las dos “veredas” del escaso vecindario,
         devolvieron la canasta a mi tía
        quien le gratificó con un mestizo.


 
            SERENATAS.

        Una de las expresiones de afecto
        que
se daban entre personas cercanas
        eran las serenatas llamadas gallos
        que al amanecer de un cumpleaños
        y pasado la medianoche se cantaba
         frente a la puerta de los agasajados.


        Una de esas ampulosas serenatas
         era la que le daban al Doctor Arteta
         a primeras horas de la mañana
         con banda de músicos y con cohetes.
                               
        Una madrugada empezando el gallo
        abrieron intempestivamente la ventana,
         y desde allí su iracunda esposa
         increpó a los tranquilos serenantes,
        “fuera de aquí vagos sinvergüenzas!
        Descarados borrachos  impertinentes.!”

               CHINGANAS.

        Los pequeños negocios periféricos
        tenían su propio modo de anunciar,
        con simbólico y peculiar lenguaje
        el producto que en esa casa se vendía;
        es por eso que en al extremo de un
carrizo
        amarraban un  puñado de bagazo,
         para anunciar que se vendía guarapo, 
        o
si panes una pequeña  canastita.



      
 
        SOBREPOBLAMIENTO
.

                     Pocos foráneos habían entonces
                     en
esta ciudad de la gran calma,
                     hasta que a fines de los cincuenta
                     se creara nuestra universidad.

                      Fue así que una avalancha humana
                      se
volcó a nuestra conservadora ciudad,
                      y con ellos los  vecinos de la selva
                      con sus bellas tradiciones tropicales,
                      saturando
la población de este modo
                      que culminó en la toma de Paucarbamba.



   DEJOS  Y  MODISMOS    

                     Aquí recordamos algunos
fragmentos
                     de muy
peculiares conversaciones
                     que solían darse
muy continuamente
                   
con desgano y pausada entonación.



 Algunos de ellos trato de evocar
imbuido
de nostálgica pasión,
por estar
grabada en lo recóndito
de mi mente
y  mi tierno corazón.

 Esta es una común
 conversación
 de los chicos de
 aquellos cuarenta
 que alardeando de innato
 ocio
 su coloquio entonaban
 así:

 “Vam
 cogiendo jaboncillos
 pa pachcarlos en
 la pashpa
 pa despuese
 jugarre ñoco
 o cuartilanga con
 su jipu”.

 “Catallá
 el nido de un pajarito
 en la rama de
 aquel árbol de guayá
 si no le alcanzas
 con la shimpina
 nianquisé jebéale
 con tu callapa”.

 “Cujú cará, tu
 pareces ser shucuy
 ¿no sabes que eso
 es taurigaray?
 ¡no sé cuándo vas
 a conjundirre
 oropéndola
 con guardacaballo!”



         Allígate jay pa sacarre escondí
         dos cachuelos de la nasa de don Fane
          y despuese envolviendo con carato
          vam
            haciendo un rico na en la shansha”.

         O dinó vam sacando de la huerta
         un puñá de cuecas pa pescarre
         aquí tengo mis anzuelos y carrizo
         pa cachueliarre en el riu Higueras.”
               
       Sigueteale con estos mashcullos
       a la sucha de la Juelícita
       vas a verre como brincutea
       y su boca se pone bien huipsha.”

        Conversar con el auténtico huanuqueño
       requería costumbre y mucha paciencia
        ya que la peculiaridad de su acento
       era mezcla de pereza y dulce canto,
       y sus simples coloquios a nadie hastiaba
       porque sus ocurrencias entonaban así:

        Deogracias doña Juilomenita
        ey viní a contarte calientito
       que a la rapracha de la Fana
       duro lian samarreá en plena shata
        porque
lian encontrá con el soquete
que es marchante
de la ñiña Michi”.
“¡Huá,!¿cómo
crees que ese mozo
baya a fijarse en
esa chabsa
            que ni siquiera sabe sacarse
            la punsha que tiene en su cabeza?”

            Catay mas bien, tu habías sabí mas
que yo ;
            claro que las chismosas como tú
solo viven
            rondando como oronguyes a su nido,
            y aguaytiando nomase a los buenos
vecinos.”
                 
         “Pero pasa y sientate en el poyito
          tomarem nos cajuecito con Jarabollo,
          como hey pishtá el domingo mi
chanchito
           cometelo esa mushinga qey guardá,
          pero que los chiuchis vayan a
chapalearre


         el pushpo  quey dejá en mi bicharra.

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